Con mucha
preocupación recibo el siguiente mensaje de José Luis Pérez Canchola:̶ Un grupo de ex militares
norteamericanos con antecedentes de mercenarios piden ser contratados por el
gobierno americano para perseguir y deportar migrantes. El fundador de esta
empresa se llama Erick Prince de negros antecedentes en el ejército, en la CIA
y además amigo de Donald Trump.̶ A
la triste situación que mantiene en vilo a cientos de miles de familias
migrantes de origen latino que viven en los Estados Unidos sin documentos, hay
que agregar otros elementos que contribuyen a profundizar la tragedia tan llena
de incertidumbres para esa población que salió de sus países de origen por
razones de pobreza o de inseguridad.
Hace apenas
algunas semanas el mismo Pérez Canchola, defensor histórico de los migrantes y
destacada figura pública en la frontera norte, había compartido con la
población de Baja California su mortificación por el agravamiento de las
condiciones en que viven los diferentes grupos que tienen de abandonar tierra y
querencias buscando condiciones que mejoren su situación existencial. Él
manifestó que desde hace tiempo las posibilidades de atención a esa población
trashumante eran muy limitadas que ahora con las deportaciones anunciadas desde
campaña por el presidente Donald Trump, la capacidad de aliviar las
tribulaciones de esos grupos vulnerables quedaba muy por debajo de sus
necesidades.
Y al compartir esa
preocupación urgía a que entre las instancias federales, estatales y
municipales florecieran acciones coordinadas, con el fin de que un fondo de
recursos conjunto ayude de manera más eficaz a la atención humanitaria de la
población que se agolpa en la frontera norte, particularmente en Tijuana. Él
miraba la situación descrita desde su modesta comisión de director de la
oficina municipal de atención al migrante. La respuesta desde el secretario
general de gobierno de Baja California fue que el defensor del migrante estaba
exagerando y le exige la renuncia o que se atenga a las consecuencias. Y con
toda la dignidad Pérez Canchola presenta su renuncia al cargo público, pero declarando
que su labor humanitaria desde la sociedad civil nadie podía impedírsela.
Imposible cerrar
los ojos ante el panorama que se cierne sobre la población migrante y los
valiosísimos esfuerzos desde la gestión personal de José Luis Pérez Canchola y
del pastor Albert Rivera. En esos días pusieron mucha atención al puerto de El
Chaparral, donde se concentraba un amplio grupo de migrantes en situación de
calle y ante el inminente riesgo de que se quedaran en la intemperie a 5 grados
centígrados, solicitó al Refugio Ágape, que encabeza el pastor Rivera, para
salvarlos de esa precariedad. Y con ello impidieron que el drama social de ese
conjunto de migrantes fuera peor.
Lo planteado por
el distinguido defensor del migrante cobra mayor
importancia ante las deportaciones que ya iniciaron y ante la iniciativa de
verdaderos monstruos como el mencionado Erick Prince. Por el bien de nuestros
connacionales y hermanos latinoamericanos, tanto el gobierno mexicano como
todos los ciudadanos, no debemos olvidar que este personaje de marras estuvo
involucrado en una masacre en Nisour Square, en la
ciudad de Bagdad, en el año de 2007, donde mueren 17 iraquíes y fueron heridos
otros 20. Fue juzgado y condenado por ello y, más preocupante, perdonado el 22
de diciembre de 2020 por Trump en su anterior administración.
La Comisión
Nacional de los Derechos Humanos, nos envió una solicitud de información que
busca ubicar los esfuerzos que se están haciendo por los gobiernos estatal y
los municipales para la atención de la población migrante en el entorno que
crea esa lamentable coyuntura que se inicia el pasado 20 de enero en la segunda
era Trump. En ello estamos, mientras no sólo hay ciudadanos que van de regreso
a su tierra de origen, sino población que, a pesar de todos los obstáculos y
medidas para impedir su ingreso en el país vecino, siguen fluyendo hacia el
norte.
¿A quién no le ha
tocado ver en los cruceros de las calles de nuestras ciudades y en los
semáforos a migrantes que vienen de nuestras entidades del sur y de
Centroamérica?
El muy probable
panorama que veremos en los siguientes meses de ver ríos humanos de migrantes
hacia el sur y hacia norte. Hasta hoy hay mucha solidaridad de la ciudadanía
hacia esa población, lo que habla bien de nuestra formación y valores forjados
en muchas generaciones de familiares migrantes. ¿Continuará esa actitud
generosa de nuestra parte o puede cansarse nuestra simpatía si la presencia es
abrumadora? Ojalá que no llegue ese peligroso cansancio y que evolucionen las
cosas hacia un mayor respeto de esa masa de trabajadores vulnerables.
La economía
nacional resentirá el peso de una población migrante enorme y con las grandes
incertidumbres que sufre el fenómeno de la deportación o que viaja a través del
territorio nacional desde nuestros países vecinos del sur. Es evidente que el
presupuesto nacional debe reorientarse para la atención a migrantes que serán
repatriados a México o que se expulsan hacia nuestro país para que sigan camino
a sus países de origen, además de las deportaciones humillantes hechas ya hacia
Honduras y Venezuela por la vía aérea. Pase lo que pase, pero que nunca se
agote el principio de la solidaridad y hospitalidad que distingue a nuestro pueblo.
Ese recurso salvará muchas vidas y dará verdadero sentido a nuestro…
Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisi n de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jes s G. Andrade #475 Desp. 8/Culiac n, Sin./CP 80000/ Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com