La Montaņa

CEDH, RETOS Y COMPROMISOS

Construir alternativas v lidas

es seguir pensando que otro mundo es posible,

y que, para ello, hay que luchar denodadamente.

Marcelo Colussi

El Congreso del Estado me ha designado presidente de la Comisi n Estatal de Derechos Humanos. Y con dicho acto se abren las puertas para una nueva etapa de la instituci n que encarna la Defensor a del Pueblo. La encomienda de la C mara de Diputados tiene una gran importancia por la coyuntura que vive el estado de Sinaloa y por los requerimientos de una sociedad que sustenta su esperanza de mejores tiempos en que una instancia como la CEDH pueda jugar un papel de primer orden en el acercamiento de las instituciones con el pueblo. Promover ese acercamiento implica convocar a mesas de di logo, a foros y a la movilizaci n de la opini n ciudadana sobre la Ola violenta que hizo presencia en nuestra hermosa y sufrida tierra el pasado 9 de septiembre y que al parecer se quedar un buen rato con nosotros. Por lo que hacemos votos porque no se convierta en un indeseado hu sped end mico, como lo han hecho las epidemias m s conocidas.

Los cinco meses que llevamos con el Jes s en la boca, nos advierten que el problema es m s complicado y profundo de lo que pensamos. Y que demanda imaginaci n, entrega y coraje para enfrentar el fen meno violento. Lo han dicho especialistas y gente de a pie, no dejan de repetirlo propios y extra os, que la soluci n no nos est esperando a la vuelta de la primera esquina y que reclama un din mico concurso de la autoridad y de la sociedad. Siendo muy claros que dicha participaci n no corra por dos diferentes carriles. Recurriendo al pensamiento de todos los tiempos, toca las puertas de nuestra reflexi n el pensamiento de Plat n que afirm que todos los problemas tienen m s de dos soluciones. La propuesta nos invita a la b squeda de todas las salidas posibles, conscientes de que la situaci n que vivimos tiene muy acotadas sus fronteras.

Pero en lo que no hay duda alguna es en la necesidad de abrir los espacios para escucharnos, desde la autoridad y desde la sociedad; pues darnos la oportunidad de opinar libremente y de proponer soluciones, lejos de imponer barreras o poner abrojos en el camino, abona la confianza en las instituciones que de alguna manera ha perdido lustre. Abrir compuertas en este terreno es acercarse a sectores de la sociedad agraviados por las circunstancias descritas y enviar las se ales de que con esfuerzo conjunto la esperanza tomar cuerpo en una vida p blica donde regrese la anhelada paz y tranquilidad.

Por d nde empezar? En las circunstancias en que nos encontramos cualquier paso que se encamine hacia una posible salida es un claro y plausible avance. El papel que en ello puede jugar la Defensor a del Pueblo o CEDH es promover el debate p blico sobre el tema de la crisis de seguridad que vivimos. Ello debe darse a trav s de foros, de reuniones p blicas, de estimular la opini n de nuestras mujeres y hombres intelectuales, de alimentar la participaci n de toda la sociedad en el ejercicio del an lisis y de las imprescindibles propuestas que tomen el rumbo de punto final de esta crisis humanitaria.

La CEDH debe contribuir al acercamiento de autoridades y sociedad, partiendo de que una soluci n de fondo s lo ser posible con el esfuerzo conjunto de ambas.

Qu tanto puede aportar la CEDH en la gran tarea de mover opini n social y acercar los esfuerzos de las autoridades y de la sociedad? Dif cil es determinar en estos momentos el tama o de la contribuci n, pero de lo que no tenemos duda es que realizar esta tarea puede abrir puertas y camino no explorados hasta ahora que se conviertan en arco y flecha, como dijera el poeta Locho Guerra Aguiluz, en momentos en que la br jula de las reflexiones individuales no encuentra el norte ni el rumbo.

El Defensor del Pueblo se plantea como tarea en las pr ximas semanas visitar instancias de gobierno, universidades (p blicas y privadas), sindicatos y organismos sociales como los colectivos de familiares con desaparecidos, con el fin de compartir las inquietudes que nacen de la crisis de seguridad y para establecer como una posible agenda que paute un rumbo y tareas comunes a cumplir, buscando el mismo objetivo: la paz y la tranquilidad que demanda toda la sociedad.

Con la designaci n del Congreso del Estado que me honra con la presidencia de la CEDH, nace el ineludible compromiso de lealtad al pueblo de Sinaloa y de M xico. Y a la par, el deber de cumplir todo un plan de trabajo encaminado a la atenci n de quejas y peticiones de todas las ciudadanas y ciudadanos que consideren son v ctimas de una violaci n a sus derechos humanos, incluyendo las acciones que de oficio la Defensor a del Pueblo debe tomar por iniciativa propia, pues hay asuntos cuya gravedad no puede esperar a que los agraviados decidan ocurrir o no a la protecci n de nuestra instituci n. El compromiso de cumplir la funci n de Defensor del Pueblo va m s all de ello. Y tal como se ha planteado l neas arriba, recorrer las instancias, instituciones, comunidades, recovecos y las veredas a las que haya que acudir, promoviendo el di logo y la disposici n de escucharnos y de encontrar puntos comunes que nos lleven a encontrar la paz y tranquilidad que ha hecho de Sinaloa una entidad donde el empuje productivo y su rica aportaci n pluricultural son su distintivo en el firmamento mexicano. Vale.

Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisi n de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jes s G. Andrade #475 Desp. 8/Culiac n, Sin./CP 80000/
Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com