La Montaña

DEUDAS EN DERECHOS HUMANOS

Estamos en deuda con Marcos Vizcarra,
su persistente pluma ha tocado nuestro corazón.

─ La tortura y los malos tratos durante los momentos que siguen a la detención y antes de la puesta a disposición de la justicia son generalizados en México y ocurren en un contexto de impunidad. ─ Dijo Juan Méndez, Relator de la ONU para el tema. La conclusión de su informe de por sí es preocupante, pero se vuelve mayor luego de conocer sus consecuencias. No hubo respuesta oficial del gobierno mexicano por principio, olvidándose de la vía diplomática. Esta se dio, si es que así se puede llamar, a través de los medios en México. Y se hizo de la peor manera.

El relator, respetuoso de las instancias y canales diplomáticos, envía una carta al representante de México en Ginebra y señala: "Los medios mexicanos reportaron declaraciones del Subsecretario  para asuntos multilaterales, Juan Manuel Gómez Robledo, que constituyen un ataque personal contra mí." Y la respuesta de Jorge Lomónoaco, nuestro representante allá, además de surrealista es grosera: "No puedo más que reiterar que no podemos compartir la observación de que la tortura es generalizada en el País, porque no se corresponde  con la realidad."

Lo bueno es que Juan Méndez no ha callado otras cosas. ─ Recibí presiones para cambiar mi conclusión sobre la tortura en México. ─Señaló, después de que el mismo Secretario de relaciones exteriores, José Antonio Meade, en lugar de buscar componer los errores cometidos, completó el lamentable cuadro diciendo que el Relator, sólo aportó información de 14 casos de los cuales de 13 se presentaron avances significativos para su atención. Méndez respondió a ello que esos casos involucran a 107 víctimas y que no desconoce muchos más, y que presentó los casos que cumplían todos los requisitos del Consejo de derechos humanos, que incluyen el consentimiento de la víctima.

No hay señales de que el Estado mexicano reciba con sensibilidad las críticas y las recomendaciones en materia de derechos humanos. Apenas los días 2 y 3 de febrero pasado, el Consejo de derechos humanos en Ginebra planteó recomendaciones duras a México en materia de desapariciones forzadas, entre ellas legislación integral federal y en todas las entidades (que no existe aún) y la creación de una base de datos sobre personas no localizadas. Las aceptó a regañadientes. Ahora, no sólo rechaza un informe del más alto nivel, entra al pleito con las peores formas.

Esta misma semana, hemos recibido en Sinaloa dos visitas importantes, que reiteran un estado lamentable en el campo de los derechos humanos. El Centro de derechos humanos Miguel Agustín Pro, dijo en Mazatlán que la tortura cobró nuevos niveles a partir de la guerra contra el narcotráfico de Felipe Calderón. Y que no hay cambio de estrategia con el presidente Peña Nieto. Con Calderón fue el ruido, con EPN un silencio estremecedor, pero las consecuencias son las mismas.  Ni Meade ni Osorio Chong han dicho que sea mentira.

La otra visita fue la de Luis Raúl González Pérez, presidente de la CNDH. En ese marco se ventilaba la absolución de J. fernando Valenzuela, acusado de asesinar a la activista Sandra Luz Hernández y el informe rendido por la institución nacional del Defensor del Pueblo sobre penales. Dicho documento se refiere a los centros femeniles de reclusión de Culiacán y Mazatlán donde prevalecen la prostitución, el maltrato, el autogobierno, cobros y privilegios. Y la respuesta no fue mejor que la de funcionarios federales. El Director de prevención y readaptación social, dice que este año visitó esos centros y sólo encontró problemas de infraestructura, mientras el Secretario de seguridad consideró que no tienen fundamentos las observaciones de la CNDH.

─ Se dicen muchas cosas. No tenemos ningún señalamiento que tenga fundamento. ─ Dijo Genaro García, Secretario de seguridad pública, sin dejar espacio a la más mínima crítica y a la disposición de enderezar los puntos señalados. Simplemente se niega los resultados del estudio en los penales. Por eso no deja de tener mucha razón Raúl González cuando señala que, "necesitamos recuperar el camino de la legalidad en México, el cual se topa con una sociedad que observa el desgaste institucional y pide justicia en todos sus ámbitos.

No pudo ser más claro el presidente de la CNDH, cuando señala que: "necesitamos que los pronunciamientos públicos de derechos humanos, por un lado se acepten, pero que cuando se acepten no se simule su cumplimiento y ahí hay una labor importante." Mientras reflexionemos sobre las palabras que recién pronunció Javier Hernández Valencia, representante del Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos en México: "Los mexicanos deben dejar de preguntarse qué hacer contra la corrupción y la constante violación a los derechos humanos, para cuestionarse sobre lo que están haciendo para exigir se cumplan a cabalidad sus garantías civiles."

La crisis que se vive en México es profunda y abarca todos los ámbitos de la vida (allí están los maiceros, los desempleados, los rechazados aspirantes a la educación superior, etc.). No tenemos muchas opciones, pero el horizonte que enmarca el destino de este País está bañado por la cultura de respeto a los derechos humanos. Defendamos nuestros derechos. Vale.

Profr. Oscar Loza Ochoa
Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa/Jesús G. Andrade #475 Desp. 8/Culiacán, Sin./CP 80000/
Tel. (667) 712.56.80/oscar.lozao@gmail.com