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GUERRERO UN ESPEJO PARA SINALOA

El capitalismo vive a través de mutaciones patógenas continuas.

Alejandro Nadal

Vivimos en un marco violento muy difícil, pero el riesgo de empeorar llama a nuestra puerta. No es la primera vez que tocamos el punto en esta columna, ni que señalemos los riesgos que entraña de seguir profundizándose la violencia. Por enésima ocasión decimos que la estrategia seguida por la autoridad ha sido un profundo fracaso en materia de seguridad.

Basta para probar lo anterior, ver los resultados que arrojan las acciones de la autoridad y la sordera que demuestra ante los planteamientos de especialistas nacionales y los consejos y resoluciones de organismos internacionales como Amnistía Internacional, Human Right Watch, Corte Interamericana de Derechos Humanos, la ONU o la Cruz Roja Internacional.

Las cuotas que los delincuentes hacen padecer a diario a la sociedad en Sinaloa, son de por sí muy preocupantes, pero los miedos pueden alcanzar otros niveles si lo que pasa en otras entidades del país empieza a invadir y a calar en nuestro estado. No estoy exagerando al afirmar lo anterior y al compartir con ustedes un correo del maestro Sergio Villalobos, en el que me comenta la situación que vive (sufre) buena parte de la población del estado de Guerrero en materia de seguridad y que impacta todos los rincones de su vida económica, política y social.

Transcribo el mensaje: “¿Qué te parece la situación que se vive en el estado de Guerrero, cuando los maleantes se erigen en los ‘defensores de los ciudadanos’ y a cambio establecen cuotas a negocios y a individuos pudientes, estableciendo reglamentos que se tienen que cumplir al pie de la letra y los que los infringen son ajusticiados o secuestrados?

“En cuanto a las autoridades, han tenido que dar su cuota y respetar lo que se les dicta: como tener en nómina a nombres sin cara; los policías cuando detienen algún delincuente, en lugar de llevarlo a los separos los ponen en manos de los de la ‘familia’, quienes los desaparecen o ejecutan públicamente.

“Los que se atreven a denunciar o hablar mal de los delincuentes son apercibidos y tienen que abandonar el lugar inmediatamente, de lo contrario se les elimina. El ejército y la marina hacen como que trabajan permitiendo que las cosas sigan adelante. La gente está acobardada y aunque en el periódico se leen algunas críticas sin mayor trascendencia, el miedo es colectivo.

“La vida nocturna brilla por su ausencia. Esta es la triste realidad.”

Empresarios hoteleros y restauranteros de Mazatlán, acompañados de aurigueros, parachuteros y vendedores de playa, plantearon en una reunión en la que estuve invitado, su preocupación por las extorsiones de las que ya eran víctimas y si a esos problemas les sumamos los de las zonas que han generado el fenómeno de los desplazados en Sinaloa, la cosa ya no es menor.

No tenemos información sobre lo que esté haciendo la autoridad, pero sí estamos ciertos en que no se han revisado las opiniones de Edgardo Busclaglia, Luis Astorga, José Reveles o Carlos Fazio, entre otros; pero con consulta a los especialistas o sin ella, la autoridad de Sinaloa está obligada a ver como espejo lo que está sucediendo en el estado de Guerrero y Michoacán, con el fin de prever, en la medida en que ello sea posible, una situación como la que vive en esas entidades.

No creo que haya que esperar algún tiempo para atender esta tarea,  ni creo que nos vaya mejor si se sigue menospreciando la participación ciudadana y el debate público sobre el problema de la violencia. Vale.