Email: oscarloza.ochoa@hotmail.com

DESPLAZADOS, NUEVA CUOTA DE DOLOR

No se debate sobre planes de emergencia,

porque la emergencia se considera inimaginable.

Michael Pettis

El sufrimiento de los desplazados de la violencia no terminó con la expulsión de su zona de origen. Con ello sólo se inició una serie de dolores sin frontera. Hagamos un breve recuento para darnos una idea del problema. Salir con las prisas de la urgencia para salvar vidas y con lo único que se tiene puesto, es ya un problema grave.

Y en esos apuros de alejarse forzosamente de la comunidad donde se vive, con una mujer embarazada, con niños pequeños, con enfermos, con adultos mayores o con discapacitados, en muchas ocasiones no se pudo echar mano de animales de silla o carga por razones de tiempo ni de un auto o  camioneta, porque marchar por el camino llano era más riesgoso que por el monte.

Para algunas personas que disponían de algunos ahorros en los bancos de las ciudades donde hacen regularmente sus compras, tenían a mano un recurso de alivio, pero para la inmensa mayoría que no contaba con esa reserva las cosas fueron más delicadas. Llegaron a otras comunidades como son los casos de Surutato en Badiraguato, El Verde en Concordia o las ciudades de Mazatlán, Culiacán o Guamúchil a buscar reasentarse los menos buscando la sombra de algún pariente o amigo, los más llegando a la buena de Dios, como dice mi madre.

En este traumático proceso de buscar reasentarse se han despertado grandes sentimientos y acciones de solidaridad entre los vecinos de las comunidades y barrios a donde han llegado. Muchas familias han compartido su pan y su techo con estas víctimas de las diásporas de la violencia. Quede este gesto profundamente humano como la salvación moral de Sinaloa ante la gran ausencia de acciones de la autoridad federal y estatal que alivien la triste situación de los desplazados.

Buscando hacer más llevadera la situación que viven más de 25 mil personas desplazadas de la violencia, la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos en Sinaloa, envió al Gobernador López Valdez y al Congreso del Estado una amplia Recomendación. En dicho documento se planteó la creación de un fondo de 250 millones de pesos para la atención de las urgencias que presentan estos desplazados a lo largo y ancho del estado. Y junto a esa propuesta iban medidas para la atención de los subgrupos más vulnerables y la seguridad que se tenía que brindarles. Ha pasado un mes y a pesar de que la Constitución de Sinaloa mandata en su artículo 142 que la respuesta a una petición debe darse en el término de 10 días, esta no ha llegado a nuestras oficinas.

Preocupados porque la autoridad nacional no atiende lo que establecen los Principios Rectores de los Desplazamientos Internos, en el sentido de que debe invitar formalmente a la ONU para que se aboque al problema de los desplazados y también a la Cruz Roja Internacional, y ante las insuficientes y raquíticas medidas del gobierno estatal, el pasado día 11 de junio enviamos una propuesta de estudio del problema ante el Congreso del Estado, para que en un término inmediato contemos con un diagnóstico del problema y podamos plantearnos un programa de emergencia, mientras el gobierno federal hace lo que le corresponde de acuerdo a los Principios Rectores ya citados.

Mientras gestionamos esto las cosas se agravan para los desplazados en Sinaloa. Hará cosa de dos meses un joven desplazado que trabajaba en el Relleno Sanitario de la ciudad de Culiacán, regresó a su comunidad para recuperar algunos de sus modestos bienes y en ello le fue la vida; apenas el fin de semana pasado una familia de San José de los Hornos, municipio de Sinaloa y refugiada en la ciudad de Guamúchil, quiso volver a su tierra. El destino la alcanzó en su pueblo. Perdieron la vida el padre, la madre y una niña.

La emergencia del estado de cosas no para allí. Este martes dos desplazados más fueron asesinados, sin que la autoridad de muestras de intentar parar esta nueva oleada contra estas víctimas de la violencia.

Como ni la Recomendación ni la propuesta de elaborar un diagnóstico ha calado en el despacho del Gobernador y en el Congreso del Estado, a pesar de la situación que empeora para los desplazados, sólo queda apelar a los organismos de la sociedad para que hagamos algo y que acudamos a las instancias internacionales interesadas y especializadas en el tema, en busca de ayuda y el reclamo que deben plantear ante el Estado mexicano para que cumpla los compromisos internacionales en materia de desplazados por la violencia.

Sólo nos queda eso. No podemos renunciar a ese espacio y esperanza. Esperemos que funcione. Vale.