DESATINOS Y
CONMEMORACIONES
Para
desafiar a la sociedad,
primero
hay que desafiar a la realidad.
Julio Cortázar
¡Oh contradicción! Para salvarse el
Estado empieza a comerse la estructura que lo sostiene. Esta es una de las
lecturas que tiene el convenio que entró en vigor el miércoles anterior entre
el Ayuntamiento de Navolato y el Gobierno del estado,
pues atrás de ese documento, cuya legalidad pretende descansar en un decreto ad hoc del Cabildo, toma cuerpo la
desesperación ante el entorno violento, la miopía de los regidores y la desatinada
presión del gobierno estatal.
Inédito al parecer en el país, el
convenio pasaría por alto el Artículo 115 Constitucional que faculta y mandata
a los municipios del país para realizar labores de prevención en la seguridad
pública de su jurisdicción. Frente al
incumplimiento en materia de seguridad de parte del Gobierno del estado, ahora
se recurre al expediente de la ilegalidad (violación al Artículo 115) para
intentar “cumplir” en este campo donde tanto se ha prometido. Interesante sería
desentrañar si esta lamentable salida parte del viejo espíritu del Club Mont Pellerin, que en 1947 inició
sus afanes por desmantelar los Estados (sus gobiernos) que garantizaban los
derechos elementales de los ciudadanos o simplemente es otra de las ocurrencias
del equipo que gobierna creyendo que en cada acto descubre el hilo negro.
Algo más preocupante está pasando en la
entidad, ni la sociedad organizada (especialmente los abogados) está diciendo
algo al respecto, como si obligar a un municipio a abdicar de una de sus
funciones constitucionales no tuviera una trascendencia mayor para la vida democrática
nuestra. Incluso no han faltado algunas plumas que dicen que si esa medida da
“resultados” en las estadísticas antiviolencia no estaría mal la medida.
La ceguera frente la realidad y al marco
Constitucional que ha costado una revolución y el sacrificio de millones de
mexicanos a través del Siglo XX y lo que va del presente, amenaza con volvernos
miopes y crédulos en esta nueva pretensión de que si no se ha cumplido en
materia de seguridad, creando nuevas policías e ignorando el Artículo 21 Constitucional
y grupos especiales (de rostro, logotipos y autos anónimos), con esta nueva
situación de firmar convenios por encima del 115 Constitucional, sí se cumplirá.
El Congreso del Estado tampoco ha ido
más lejos a la hora de calificar este atentado a la legalidad. Este jueves
emitió un Punto de Acuerdo, que no califica si tiene o no legalidad el
Convenio, sólo está solicitando información de la situación laboral en la que
quedarán los policías municipales de Navolato, cuya
corporación ha desaparecido de la noche a la mañana y hace una invitación para
que este sábado se reúnan las partes con el fin de llegar a un acuerdo. En la
sesión, que por momentos la presidenta de la mesa anunciaba que podía ser
suspendida por la falta de quórum, pues la asistencia oscilaba entre los 19 y
22 tribunos, no se mostró el interés que reclama este antecedente que puede
cimbrar nuestras estructuras constitucionales. No es secreto de nadie que ya se
pretende meter en esta situación a los municipios de Salvador Alvarado y de
Angostura. Lo que resulta muy peligroso para la vida institucional y
democrática del estado y del país.
Mientras tanto, un grupo de organismos
de la sociedad civil está invitando a rescatar la tradición de lucha y de
defensa de los derechos de las personas más pobres y vulnerables del país. El
día miércoles 18 del presente mes a las 5 de la tarde, en la Galería Frida Khalo de la UAS, se conmemorará el XXXVIII Aniversario de
la huelga general en los campos agrícolas del Valle de Culiacán y el XVI
aniversario de la muerte del activista Joel Ramírez Montes “El Chuco”.
El acto tiene implicaciones interesantes
si observamos que se entregarán reconocimientos a don Alfonso Corona, a don
Jesús Michel, a don Arturo Aguirre (+) y a dona Juanita Montes, padres de esa
generación de luchadores Norma, Jesús, Jorge y Joel.
Allí estarán los veteranos de esa
epopeya de 1974, entre ellos Víctor Joel Armenta, Elmer Gutiérrez, Rigoberto
Rodríguez Benítez y Camilo Valenzuela. Y entre los artistas solidarios hay que
mencionar a Enrique Cisneros “El Llanero Solitito”
del Grupo CLETA, a Miguel Angel Valencia del Grupo
TATUAS y a Alez López del Teatro Delta.
En medio de tanta esclerosis e
inmovilidad social, resulta motivador y refrescante el que una parte de la
sociedad no sólo recuerde la parte viva, los vasos comunicantes y la memoria de
lo que nos alimenta como ciudadanos preocupados por el destino de México.
Esperemos que a esa cita ocurran veteranos de la lucha social y, sobre todo,
esos jóvenes que empiezan a manifestar inquietudes a través del teatro, la
lucha por la paz, la defensa del medio
ambiente, los derechos a la cultura y ese grupo de activistas que se identifica
como los indignadxs. Vale.