#YO SOY 132 Y LA
PRIMAVERA MEXICANA
Cuando
la medicina falla,
la
culpa no es del enfermo, sino de la receta.
Alexis Tsipras
Bastó la duda de algunos políticos sobre
la honestidad de los jóvenes para que estos cimbraran la vida política y
social. Se dijo que hubo manipulación en la malograda visita de Enrique Peña
Nieto a la Universidad Iberoamericana. Los acusados de porros respondieron con
su credencial de estudiantes en la mano, despejando cualquier malentendido.
Las redes sociales en México cobraron
nueva vida ese viernes 11 de mayo. Los 131 jóvenes (rostros del video en Youtube) que protagonizaron aquella jornada se convirtieron
en el espejo de millones de compatriotas. Y si hubo algún agravio contra ellos,
esos jóvenes que los siguieron en las redes, lo hicieron suyo,
autodenominándose #Yo Soy 132.
Para quienes nos preguntábamos hasta
cuándo las redes sociales y los jóvenes mexicanos se encontrarían en
preocupaciones de todos, allí encontramos la respuesta. Y obligado fue volver
la vista hacia la irrupción de redes sociales y jóvenes en la llamada primavera
árabe, el 15-M en España y los Occupy en EU.
¿Qué pasó allá en los 17 países donde
hubo eso que llamaron primavera árabe? Todos sabemos que la convocatoria a
través de las redes fue contundente, sobre todo en Túnez (donde se inició),
Egipto, Yemén, Libia y Siria. En los primeros con la
caída de sus gobiernos y en Siria, incubando una crisis política que aún
continúa. En el resto hubo cambios en los gabinetes de gobierno o al menos en
la legislación y prácticas políticas.
Los frescos aires de libertad y
democracia del norte de Africa y del Medio Oriente
llegaron a España muy temprano. Los jóvenes “Indignados” frente al paro
económico y el desempleo, rechazaron el control de partidos y banqueros sobre
toda la vida de España. El 15 de mayo, en vísperas de las elecciones
municipales, se manifestaron en 54 ciudades de la nación. Desalojados de la
Plaza del Sol en Madrid el día siguiente, les sirvió de incentivo para acampar
en diferentes plazas a los largo y ancho de España. Las elecciones el día 22
los encontró con esas plazas tomadas pacíficamente, a pesar de acciones
represivas como las de Barcelona.
La influencia de los Indignados del 15-M
pesó sobre las elecciones generales del 20 de noviembre: el llamado al voto
responsable terminó reprobando al gobierno del Partido Socialista Obrero
Español y abriendo espacio al Partido Popular (la derecha) con Mariano Rajoy. Y
si los derechistas creyeron que era un cheque en blanco lo que se les ofreció
el 20 de noviembre, se equivocaron. Las protestas que han seguido en este 2012
a las reformas laborales, manifiestan que los indignados no se quedarán con la
reprobación electoral parcial, actitud que se ha refrendado en las elecciones
regionales de este año, reprobando ahora al partido de Rajoy y reclamando meter
en cintura a los bancos y resolver los problemas de desempleo y los recortes en
materia de educación.
Y aquellos aires juveniles brincaron el
“charco”. Por los meses de agosto y septiembre en Nueva York, Washington y
otras ciudades comenzaron a movilizarse ciudadanos que se reclamaron como
Indignados. En Nueva York tomaron las áreas aledañas a la bolsa de valores con
la consigna de Occupy Wall Street. Fue sublime ver su
veloz y madura evolución. Cuando tuvimos la oportunidad de
verlos personalmente los días 26 y 27 de octubre de 2011 en la Freedom Plaza y en McPherson Square
había un discurso muy coherente y se reclamaban como “somos el 99%”, frente al
1% que son los privilegiados en Estados Unidos.
#Yo Soy 132 ha tomado cuerpo en nuestro
país y se abrió espacios en los medios que estaban cerrados para expresiones
democráticas de jóvenes. Su movimiento es la primavera mexicana. Tan fuerte ha
impactado que no hay partido que lo condene (ni los aludidos con sus duras
críticas), ni los medios a quienes reclaman imparcialidad. Hasta la jerarquía
de la iglesia católica le guiña un ojo.
La trascendencia de #Yo Soy 132 se ubica
más allá del 1° de julio, pero tiene su peso en la coyuntura electoral
presente. Está haciendo énfasis en el voto informado y responsable y puede
llevar los platillos de la balanza electoral hacia un resultado diferente al
dibujado originalmente.
Su reto es sobrevivir al 1° de julio y
mantener su vocación apartidista y a favor de la democracia, porque es una
fuerza social de esperanza para influir en las políticas públicas del nuevo
gobierno. Una nueva orientación del presupuesto que atienda la creación de
empleos, la educación, la salud y las urgencias de los más pobres, los
necesitará activos.
#Yo Soy 132 es un aire fresco que
ventila el anquilosamiento de la vida política en México. Es una esperanza que
debe enraizarse en los maltratados corazones de millones de mexicanos que no
tienen futuro en las condiciones actuales. Este movimiento nos salva de
opciones violentas en la búsqueda del cambio social. Ojalá no pierda su
esencia, su autonomía, ni el paso en su
búsqueda de la democracia plena. Ojalá.