PICACHOS,
CARPIZO Y MARTHA DE LOS RÍOS
Cuándo
se jodió la esperanza de cambio en Sinaloa,
¿El
5 de febrero de 2011 o este 1° de abril?
-¡Qué se atengan a
las consecuencias!-, dijo a la prensa Mario López Valdez cuando los desplazados
de la presa Picachos resolvieron marchar hacia Culiacán en protesta por el
incumplimiento en sus indemnizaciones. Y marcharon por las dos carreteras desde
Mazatlán, para encontrarse unos kilómetros adelante a fuertes contingentes de
la Policía Ministerial, a quienes no hemos visto esa coordinación cuando de
combatir al crimen se trata.
El saldo de esa acción arrojó 45
comuneros detenidos. Ante la Procuraduría General de República se remitieron a
25 desplazados y 20 ante las autoridades locales. El pasado martes buscaron
negociar su liberación. Las respuesta de la autoridad fue contundente: sólo
unos cuantos alcanzaban derecho a fianza, el resto no. La actitud de los
detenidos y de los marchistas que hoy están en plantón en la explanada de
Palacio de gobierno, parte el corazón. Salen todos o no sale ninguno.
Todos recordamos que desde el gobierno
anterior, los comuneros desplazados por la construcción de la presa Picachos
permanecieron en plantón frente al Congreso del estado para lograr ser
escuchados. Compraron la esperanza de ser indemnizados conforme a derecho, pero no la garantía de que así
sería. Basta ver las viviendas que se les asignaron y “las compensaciones”
recibidas para dimensionar el problema.
La situación no se verá completa
mientras no queramos apuntar hacia los verdaderos beneficiarios con la
construcción de la Presa Picachos. No fueron los comuneros, tampoco los
campesinos que vivían desde hace mucho en los terrenos que irrigará la obra,
menos los sempiternos solicitantes de tierra. Son los especuladores de tierras,
que actuando en los entretelones del sistema político, saben con mucha
anticipación de los proyectos de obra que sí se realizarán. Y compran a precio
de ganga las tierras que se beneficiarán. Pero ellos no serán objeto de
investigaciones por delitos económicos contra los pobres, pues desde cuándo
importan estos para la procuración de justicia.
El día miércoles salieron en libertad
bajo fianza 41 detenidos. Atilano Román y tres más de sus compañeros se
quedarán en la cárcel. Serán los rehenes del doloroso proceso “Picachos”. Será
el intento gubernamental de quitarle filo a la lucha por la justicia de los
comuneros desplazados de la presa.
Los acontecimientos han traído otra
situación dolorosa. La izquierda coaligada con el nuevo gobierno no ha dicho
esta boca es mía, a pesar de que sus diputados en la anterior legislatura
fueron inspiración y mano solidaria de los comuneros. Ni los funcionarios de
izquierda ni los partidos que se reivindican en ese campo cuestionan la
represión. Por lo que en el marco de ese silencio se inicia la criminalización
de los movimientos sociales en este gobierno.
Hago un espacio obligado para hacer
memoria y homenaje a dos entrañables seres humanos. A Jorge Carpizo, por la
valentía demostrada en la búsqueda de justicia para el caso Norma Corona. Con
su muerte la causa de los derechos humanos pierde a un gran aliado. El primer
encuentro que tuvimos aquél 5 de junio de 1990 en el patio de honor del Palacio
Nacional, sólo inició una amistad que creció con el tiempo y la productiva
complicidad para promover los derechos humanos.
También falleció Martha De los Ríos. Una
activista por la Amnistía de los años setenta. Una pionera de los derechos
humanos en su natal Chihuahua y en México. En muchas jornadas por la Amnistía
de los presos, perseguidos, desaparecidos y exiliados políticos, coincidimos
con ella y con doña Rosario Ibarra de Piedra. Ella era una nota alegre y la
energía en acción durante aquellos días. El movimiento actual de los derechos
humanos está en deuda con ella. Hoy evoco en su memoria una fecha y una
actividad especial: la tarde de diluvio del 28 de agosto de 1979 en que
marchamos del Hemiciclo a Juárez al templo de san Hipólito. Allí
permaneceríamos hasta el día 1° de septiembre, exigiendo que el presidente José
López Portillo ampliara la Ley de Amnistía del año anterior. Martha fue pieza
fundamental en esa y muchas otras ocasiones.
Descansen en paz Jorge Carpizo y Martha
De los Ríos.