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MAZATLAN ARRINCONADO POR INSEGURIDAD

A Camilo Valenzuela, por la partida de doña Ramona Fierro,

 enfrentando la muerte con la misma valentía que vivió la vida

La economía mazatleca tiene diagnóstico reservado, por daños colaterales de la violencia. Y los problemas se le vienen encima en cascada: escasez de agua potable, policías municipales en permanente rebelión, transbordadores turísticos que se ahuyentan por la inseguridad y una caída severa en la actividad turística y en los ingresos que genera.

Eso dijeron representantes de hoteleros, restauranteros, del servicio de aurigas, parachuteros, guías de turistas, maestros y alumnos asistentes al foro que se organizó con el tema de la participación ciudadana en materia de seguridad.

El doctor Joel Quiñones Reyna fue el expositor invitado. No abundó en las estadísticas, sólo echó mano de las consideró indispensables para que el público asistente tuviera bien claro que las tasas del delito por cada 100 mil habitantes se han disparado, sobre todo a partir de 2008. Expresó (cito de memoria) que en ese año la tasa era 217, que subió en 2010 a 252 y que para este 2012 llega a 291 por cada 100 mil sinaloenses. Agregó que las estadísticas oficiales solamente registran entre el 16 y el 20 por ciento del total de delitos que padece la sociedad.

Y se han disparado también los presupuestos dijo, exponiendo de nuevo datos que cubrían la década anterior y los de la presente. En esta parte afirmó: “tal parece que pagamos más para que se cometa un mayor número de delitos”. No le falta razón, pues es bien sabido de todos que la autoridad presiona los presupuestos anuales, restringiendo los renglones para la educación, salud y vivienda, para satisfacer el de seguridad, que a final de cuentas, como dijo el maestro Joel quiñones, no está dando los resultados prometidos.

La exposición final del doctor Quiñones Reyna insistió en la imprescindible necesidad de que nos interesemos por la participación ciudadana en el tema de la seguridad. Alejarse del tema, señaló, es permitir que las cosas que marchan mal lo hagan peor; sin descontar, agregaría al final que los fenómenos de la corrupción y la impunidad cobren mayores espacios que los que hoy ya nos ahogan.

Los restauranteros señalaron que hay miedo entre ellos porque el fenómeno de la violencia está presente a diario y en todo momento. Hay riesgo de su integridad personal y pérdida de patrimonio. Los hoteleros se quejan de que esa violencia ha espantado a los transbordadores y turistas que llegaban por otros medios, golpeando la economía del puerto. Al no haber efectividad de la autoridad en el combate a la delincuencia, tampoco se ha recuperado el turismo que llega por mar.

Los aurigueros señalaron que hay problemas entre los diferentes prestadores del servicio del transporte y que cuando se presentan estos, hay una mala actuación de la autoridad y al final el afectado es el turista y es otro factor que lo ahuyenta. Los guías de turistas relatan que su trabajo no resulta muy cómodo, pues si hay que llevarlos a Cosalá o a Concordia, los caminos  no son seguros y los riesgos se vuelven  un freno de la actividad.

Una valiente estudiante del Conalep tomó la palabra para denunciar los problemas que se presentan en materia de seguridad para la población estudiantil. Ella fue víctima de asalto en la calle. Otra de sus compañeras señaló que le parecía atinado el evento, pero que reclamaba en nombre de su generación la necesidad de un foro juvenil para tratar con mayor propiedad el tema de la inseguridad en el estado. Esa iniciativa fue aprobada por aclamación.

Felicitaciones al doctor Joel Quiñones, al maestro Enrique Díaz Terán y al resto de los organizadores del evento. Sin duda los resultados del foro serán un estimulo a la sensibilidad en el tema para los mazatlecos.

Ojalá y la iniciativa de promoción de la participación ciudadana en los asuntos públicos nos lleve a todos los sinaloenses a dar un paso al frente en este deber civil. Las generaciones jóvenes del presente y del futuro lo agradecerán. Vale.